Chile invierte apenas el 0,34% del PIB en Investigación, Desarrollo e Innovación (I+D+I). El promedio de los países de la OCDE es 2,4% y los de mayor inversión llegan al 4%. En Chile, 4 de cada 10 pesos destinados a I+D+I se ejecutan en la educación superior, por lo que el rol de las IES es clave para elevar el nivel de investigación y desarrollo. Hoy, las políticas de I+D+I están desarticuladas: son administradas por distintos organismos y no siempre coinciden en sus objetivos.

Por ello, proponemos:

  • Levantar un Plan Estratégico de Fortalecimiento de la I+D+I, que dé cuenta de las necesidades y apuestas de desarrollo del país a largo plazo y coordine a las distintas instituciones involucradas. Es fundamental que los actuales fondos e instrumentos de financiamiento público se alineen con él.

Este plan debe responder a una vieja promesa: el 1% del PIB se destinará a investigación y desarrollo. Una parte importante de dichos recursos podrían apoyar a institutos, universidades y universidades politécnicas en esta tarea. La entrega de recursos de este tipo equilibra la diferencia de aportes que existe entre instituciones “académicas” y técnicas; además, ayuda a descomprimir la presión financiera que hoy recae en la docencia y los aranceles.

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