Como ya señalábamos, la Ley de Inclusión es fundamental en la reducción de la segregación socioeconómica de las escuelas. Sin embargo, esta es sólo una dimensión de la inclusión y requerimos avanzar de manera sustantiva hacia un referente y herramientas que permitan abordar la diversidad en términos de género, etarios, culturales y territoriales, entre otros.

Para ello, proponemos:

Apoyo a las comunidades educativas tras el fin de la selección:

  • Programa nacional de formación continua para la gestión de la diversidad con enfoque intercultural y atención a estudiantes con necesidades educativas especiales. En este plano, es clave reconocer las experiencias que ya están desarrollando muchas escuelas respecto del abordaje de la diversidad, para ello es fundamental considerar su sistematización, así como espacios de intercambio de buenas prácticas.
  • Jornadas nacionales de reflexión y diálogo con familias, docentes y estudiantes, en temáticas asociadas a diversidad.

Apoyo para estudiantes con necesidades educativas especiales:

  • Reformular el Programa de Integración Escolar (PIE) para flexibilizar el modelo de atención y aumentar los recursos de acuerdo a la verdadera proporción de estudiantes con necesidades educativas especiales que atiende un establecimiento.
  • Crear centros territoriales especializados que apoyen a estudiantes con necesidades educativas especiales y a docentes ante la gestión de la diversidad.
  • Estudiar la situación actual de las escuelas especiales para que constituyan una respuesta efectiva para aquellos niños y niñas con necesidades educativas especiales que requieren un apoyo de mayor complejidad.

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