Esta situación en realidad no resiste mucho análisis. A pesar de la creación de la Subsecretaría de Educación Parvularia, esta entidad es institucionalmente débil frente a sus contrapartes. Por otro lado, hay duplicidad de instituciones, financiamientos diferentes para establecimientos que realizan la misma labor (Junji, Integra y Vía Transferencia de Fondos) y desarticulación de políticas y de planificación territorial. Integra, la red de mayor envergadura, depende de la Presidencia de la República, sin obligación de coordinarse con el resto del sistema. El desorden repercute en disposiciones presupuestarias y normativas que afectan la atención y calidad de los establecimientos. Por lo anterior, proponemos:

  • Ordenar el sistema, potenciando la capacidad institucional de la Subsecretaria de Educación Parvularia como el órgano principal de la educación de primera infancia.
  • Seleccionar y la dirección y subdirecciones nacionales y regionales de Integra a través de los criterios ADP. Además, que Integra dependa totalmente del Mineduc.
  • Equiparar los financiamientos en todas las instituciones que reciban recursos del Estado.
  • Incorporar estos niveles educativos en el sistema nacional de aseguramiento de la calidad, con criterios pertinentes a las características y necesidades en esta etapa, por ejemplo: tipo de prácticas pedagógicas que se requieren, infraestructura de los centros infantiles o proporción de personas adultas por niño o niña.

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