Muchas familias se rehúsan a llevar a sus niños o niñas a salas cuna y jardines infantiles, porque cuestionan su calidad o porque no los encuentran en lugares accesibles o porque los horarios son incompatibles con sus jornadas laborales o porque prefieren cuidarlos en casa.

Esta decisión es deseable en el primer año de vida, cuando —según diversos estudios— el apego familiar es clave. Sin embargo, más adelante, la educación parvularia es fundamental para el desarrollo integral y la socialización de los niños y niñas.

La baja cobertura en primera infancia está anclada a una política de focalización en los sectores de niveles socioeconómicos más pobres. Es comprensible, por la priorización de recursos, pero sus efectos son graves, ya que genera “segregación inversa”: niños y niñas de sectores medios y altos no acceden a la oferta pública y en consecuencia se reduce la diversidad.

Como no lograremos formar suficientes profesionales a la velocidad necesaria, al menos por un tiempo; es fundamental flexibilizar las modalidades de atención, con distintas estrategias, para atender mejor a niños y niñas (en especial entre 0 y 2 años) y a sus familias. Por ello, proponemos:

  • Flexibilizar los horarios de los establecimientos, acorde a las necesidades de los niños, niñas y las comunidades que les rodean, permitiendo, por ejemplo, que asistan en jornadas parciales, en cuotas de horas o incluso dos o tres veces por semana. Proponemos que los centros infantiles se acomoden a los tiempos y necesidades de las familias que atienden.
  • Aumentar la cobertura en el nivel de sala cuna, a través de la creación de una red de mil Centros de Aprendizaje Familar, gratuitos y presentes en todas las comunas. Su objetivo será potenciar el desarrollo y habilidades de niños y niñas, así como el trabajo con los adultos responsables, incorporándoles en los procesos educativos y entregándoles herramientas para el aprendizaje y bienestar de sus niños. Estos centros no deben ser meras guarderías, sino espacios donde los cuidadores participan activamente del desarrollo de los párvulos, apoyados por profesionales que potencien lo aprendido. Estos centros promoverán la inclusión y cohesión social, al aceptar y reunir a niños y niñas de todos los niveles socioeconómicos. Se trata de una solución expedita y de menor costo que las salas cuna convencionales.

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