No hay escuela en el mundo que mejore sin equipos directivos de excelencia. Todos los estudios y experiencias exitosas muestran que, junto a los docentes, este trabajo es la piedra angular para asegurar los aprendizajes de los estudiantes y conducir la mejora de los colegios.
Pese a ello, los equipos directivos han sido los eternos postergados en las prioridades de política pública. A la fecha, no cuentan con una carrera profesional que les asegure una trayectoria atractiva, formación continua y mejoras salariales. Si bien en los últimos años se han generado iniciativas prometedoras, como la concursabilidad de los cargos en escuelas públicas y los Centros de Liderazgo, estas requieren articularse y fortalecerse dentro de una política coherente que genere una visión a futuro.
Por eso, proponemos una Política Nacional de Liderazgo Directivo dirigida a los Directores y Jefes de la Unidad Técnica-Pedagógica de escuelas, cuyo objetivo sea atraer a los mejores profesionales hacia estos cargos, generando incentivos adecuados en términos salariales y de trayectoria.